El
planteamiento de qué es la vida me resulta complejo.
Lo
encuentro como algo abstracto, lejano de la realidad. Ese planteamiento no
surge, a mi parecer, en la vida cotidiana.
Si
tuviese que decir exactamente qué es la vida, creo que nunca encontraría una
respuesta exacta, más que la definición del diccionario, definición que busca
complacer la duda de las personas con fácil capacidad de saciar esa duda, tan
grande. ¿La vida tiene un principio y un fin? La prolongación de la vida y su
duración depende exclusivamente de los ojos de quién la mire, los hechos que
afecten y marquen esa vida, entre otros factores. Me parecen absurdas aquellas
personas que se cuestionan qué pasa después de la muerte. ¿Por qué adelantarse
y pensar sobre cosas que no estamos seguros? No sabemos ni que nos destina el
presente, por lo cual se me hace todavía más difícil pensar en un futuro, Yo lo
único que sé es que el presente consta, tanto de hecho previsibles, como de
hechos repentinos que nos sorprenden. Los hechos repentinos son los que siempre
me llaman más la atención. Siempre trato de buscarle una explicación lógica y
razonable. Las preguntas que siempre me surgen son el ¿Por qué? Y el ¿Para qué?
De aquellos hechos. La respuesta inmediata que se me plantea es la del “porque
así debió ser”, “así esta predeterminado”, o “porque Dios así lo quiso”. La
última me parece una respuesta inconcreta, vacía, si ni siquiera estamos
seguros de la existencia de ese Dios, es algo que el concepto de Fe nos
inculca. La palabra Fe, me parece la antítesis de la frase “ojos que no ven,
corazón que no siente”. La Fe es la principal encargada de darle alguna razón a
la vida. Imagínense no creer en absolutamente nada. Y no me refiero solamente
en lo religioso, sino tampoco creer en los valores. El nivel de la vida sin
sentido aumentaría en cantidades abismales e incontables.
Si
hablamos de la vida, hablamos de aciertos y errores. ¿Por qué el ser humano no
puede ser perfecto?¿Por qué estamos predeterminados a equivocarnos
constantemente, y hasta a veces equivocarnos dos veces con la misma situación?
¿Por qué en un texto, que es mi opinión, tuve que corregir ciertas expresiones
o palabras que, a mi parecer, no eran
correctas si lo estoy escribiendo yo?
Creo
que el propio estudio de la vida es algo absurdo, si tenemos casi el 90% de las
posibilidades de estar equivocados, y el 10% o menos de estar en lo cierto.
¿Desperdiciaría una
vida entera dedicándome al estudio de algo que tiene un porcentaje tan grande
de estar en lo incorrecto? Me gusta utilizar la expresión “desperdiciar”, es un
concepto que me vuelve a llevar a la preguntar: ¿Por qué adelantarse y pensar
sobre cosas que no estamos seguros?¿Cómo sabemos que este alg la po está
desperdiciado si posiblemente en un futuro podemos realizar aquello que en un
pasado “desperdiciamos? La palabra desperdicio seguro fue inventado por alguien
con poca Fe…
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